domingo, 13 de febrero de 2011

"Le Grand Café de París" VIII




                                                                                 
Finalmente el armisticio fue firmado y acabó la guerra en Francia. La porción no ocupada fue controlada por un gobierno colaboracionista conocido como la Francia de Vichy, cuyo Primer Ministro fue el Mariscal Philippe Pettain.
Charles de Gaulle inmediatamente se declaró en contra del gobierno de Vichy, y proclamó la Francia Libre así como llamó a la Resistencia francesa, varias colonias francesas se unieron a la Francia Libre, si bien la mayoría se quedaron con Vichy.
 De manera semejante creció el nacionalismo en la Gran Bretaña, pues aun cuando las islas británicas no llegaron a ser ocupadas, los continuos ataques aéreos de los alemanes estimularon el deseo de los británicos por luchar contra el enemigo.
Así, se mostraron dispuestos a aceptar las medidas de su gobierno, representado entonces por el primer ministro Winston Churchill, quien pronuncia su famoso discurso en el que pidió al pueblo británico “sangre, sudor y lágrimas” para vencer al nazismo. La resistencia francesa y británica despertó la simpatía y la admiración del pueblo estadounidense que se fue preparando mentalmente para una posible intervención a favor de las democracias occidentales.
En el transcurso de la guerra, Hitler se veía precisado a acudir, cada vez con más frecuencia, en apoyo de su aliado. A instancias del Führer, Italia atacó, en septiembre de 1940, a las fuerzas inglesas destacadas en el norte de África. Un año después, sin embargo, tropas alemanas acudieron apresuradamente en su ayuda a fin de evitar un descalabro. En octubre de 1940, el Duce atacó Grecia y, una vez más, hubo de solicitar auxilio de Alemania.
A pesar de todo, la alianza satisfacía a ambos líderes. Mussolini esperaba el resurgir de la Roma imperial, compartiendo con Alemania un destino histórico. Hitler necesitaba al italiano para que le protegiera, siquiera fuese de modo precario, el flanco meridional.
El Führer mostró hacia Mussolini lealtad inquebrantable. Cuando a fines de julio de 1943 el Duce fue depuesto y encarcelado por su propio Gran Consejo, en plena conquista de Sicilia por los aliados, Hitler envió una unidad especial a rescatarlo, y a mediados de septiembre lo reinstauró en el poder —aunque ya falso y nominal— en el norte de Italia.
La alianza entre Alemania, Italia y Japón constituía un bloque compacto que se consolidaría con dos acuerdos más: el Pacto de Acero, firmado por Italia y Alemania en mayo de 1939, por el que estos países se comprometían a ayudarse mutuamente en caso de guerra y a colaborar para conseguir el espacio vital que ambos buscaban, y el Pacto Tripartita de septiembre de 1940 entre Alemania, Italia y Japón.
El ingreso de Japón, cuya ubicación en el océano Pacífico era estratégica para aislar a la Unión Soviética, facilitaba a Alemania el ataque por el extremo oriental de Rusia que Hitler tenía planeado realizar más adelante cuando hubiera derrotado a las potencias occidentales. El Führer creía posible contener la presión de Rusia en virtud del pacto de no agresión firmado con los soviéticos, y suponía que de esa manera podría evitar una guerra en dos frentes. Sin embargo, derrotar a Inglaterra no era empresa fácil, y la fuerza aérea de este país había ocasionado graves pérdidas a la Luftwaffe. En esas circunstancias Hitler decidió bloquear el Mediterráneo con ayuda de Mussolini, buscando interrumpir la comunicación de los británicos con los puntos estratégicos que poseían en esta zona, además de causarles daños económicos al bloquear el Canal de Suez.    
A mis 41 años había aprendido muchas cosas en la política y en los negocios también, que me permitieron infiltrarme entre la élite del ejercito Alemán; Obteniendo favores e información que permitió realizar algunos movimientos estratégicos a la resistencia Francesa.
Mi gran amigo de infancia Henry Laffon era ahora General de División del ejercito Frances, Laura Duvalier mi gran amor platónico se había convertido en la esposa del alcalde de París, Carlos Messar, Jean Paul Belmont y Francesca O’devua ocupaban altos cargos gubernamentales; Mientras que Bernabé y Sebastián perdieron la vida durante la ocupación Nazi.
 Habíamos jurado defender “Le Grand Café de París “utilizando toda la influencia política, diplomática  y gubernamental que estuviera a nuestro alcance, para que  ese sitio especial que selló nuestra amistad y unió  nuestros sueños durante años, no sufriera ningún daño…!
Fueron años de guerra terribles, inimaginables ….. Miles de muertos, destrucción  y masacres… A lo largo de Europa y al Norte de África. El hambre, la recesión económica  y el frío invernal envolvieron nuevamente al continente.
Por otro lado  Los japoneses proyectaron una estrategia en tres etapas, en donde la primera  pondría fin al poderío marítimo norteamericano en Pearl Harbor, la misma se consumó el 7 de diciembre de 1941, donde la flota estadoudinense fue atacada de sorpresa con 200 aviones japoneses, entre bombarderos, cazas y torpederos y con un balance de 2403 muertos, 1178 heridos y gran parte de la flota destruida.
Solidarizándose con Japón, Alemania e Italia declararon la guerra a Estados Unidos el día 11 de diciembre, cuatro días después del ataque a Pearl Harbor; de esta manera estaba más que justificada la entrada en la guerra para los estadounidenses; después de esto todos los gobiernos del continente americano.
Se habían formado alianzas y bloques estratégicos en la 2da. Guerra mundial; El bloque de los Aliados, formado por Inglaterra, la Unión Soviética y Estados Unidos (Francia había quedado temporalmente fuera de la contienda) y el bloque del Eje, integrado por Alemania, Italia y Japón.
La Guerra duró desde 1939 hasta 1945 … Acabó con la entrada Soviética a Berlín y con la muerte de Hitler..!
A pesar de la alegría del final de la Guerra ; Toda Europa había quedado ruinas..
Francia, Bélgica, Noruega, Polonia, Japón, Alemania, Rusia, Finlandia, Gran Bretaña, Austria, Nueva Zelandia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Dinamarca, Italia  y muchos países más de la región, sufrieron y vivieron el horror de la Guerra… Millones de muertes sin sentido, temores, miedos y traumas quedaron en la vida y en la mente de todos aquellos que vivimos en carne propia esta Guerra sin sentido…

Contunuará …
Amin Sucre Noueihed





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